Holita ^^
¿Qué tal estáis? Bueno pues deciros que he puesto algo parecido a que no copien el blog así que si sale una ventanita con Este blog está protegido no os asustéis :P También he puesto un playlist donde podréis escuchar mi música mientras leéis :D ¿Que más?...
Bueno pues que ya he llegado a las cien páginas ^^ Así que... ya me queda menos para llegar a mi objetivo. También estaba pensando cambiar la imagen de la protagonista ya que me gusta más Bella Thorne y también Mikel por Josh Hutcherson ^^ Bueno espero que me digais cual os gusta más por si lo cambio o no. Bueno que os aburro con mi charla :P así que os dejo el capítulo.
Bajamos al salón. Había
velas por todos los lados lo cual creaba una atmosfera muy intima que
no me terminaba de convencer. Mis padres estaban sentados juntos
cuando llegamos. Estaban bebiendo tranquilamente y charlando. Hasta
podría estar en una cita y no soportaba la idea. En un acto de rabia
encendí la luz del salón. Mis padres se volvieron enfadados pero
no me dijeron nada. Álex y yo nos sentamos al lado el uno del otro,
para intentar apoyarnos.
— ¡María!—gritó
Cristina. No se había cambiado de ropa pero su rostro parecía tener
más años que durante la comida— Ya puede traernos la cena.
La miré con odio pero un
poco disimulado, porque a pesar de estar enfadada con ella seguía
siendo mi madre. Pero seguía pensando que aquella forma de tratar a
las personas era una malísima costumbre que era muy arcaica pero
nunca conseguiría hacer cambiar de parecer a Cristina. Era una gran
frustración callar los defectos de mi madre mientras que ella me
echaba en cara todos los míos.
María entró al salón
con la fuente de chuletas con patatas. Seguía llevando aquella cola
de cabello pero se había cambiado de ropa. Ahora llevaba un vestido
de color rojo que le habíamos regalado por su cumpleaños. Estaba
bellísima, aunque en realidad era así. Seguro que había quedado
porque por las noches solía salir. Su piel pálida con aquel traje
tenía pinta de un vampiro porque el color era escarlata como la
sangre y una palidez que me recordaba a Drácula.
La posó sobre la mesa y
se marchó a por la ensalada. Pero se creó un silencio tenso entre
nosotros, pero no me importaba. Enseguida volvió con la ensalada. Se
sentó a mi lado y yo le sonreí para darle ánimos para que hablara
con mis padres sobre los suyos. Ella asintió pero primero se sirvió
la comida. Comimos en silencio hasta que Álex decidió romperlo:
—María os quiere decir
algo.
Ella asintió pero se
sonrojo al instante, quedaba ideal con su vestido. Tragó saliva
mientras mis padres clavaban sus miradas en ella.
—La verdad que sí—se
limpió la boca con la servilleta naranja claro—. Ustedes han sido
siempre muy amables conmigo y estaré eternamente agradecida. Pero
como saben tengo a mis padres enfermos a mi cargo. Por eso, si no es
mucho pedir, me gustaría que me dieran un fin de semana libre al mes
para poder venir a visitarles. No se lo pediría si me pareciera
innecesario pero mi padre cada día está peor por el cáncer de
hígado que tiene. Además a mi madre le han diagnosticado una
enfermedad que no recuerdo ahora el nombre pero que es muy mala. Con
mi sueldo quiero contratar a alguien para que cuide de ellos pero no
puedo estar lejos de mis padres. Espero que lo entiendan...
Hubo un nuevo silencio en
la mesa. Miré a María con mucho pesar. No sabía que tenían sus
padres porque nunca hablaba de ellos, salvo para decir que se iba a
su casa para visitarlos. Se me rompió el corazón al ver que se iba
con nosotros a Madrid por el sueldo porque si no estoy segura de que
se hubiera quedado aquí para cuidarles. Al pensar en aquello algunas
lágrimas aparecieron por mis ojos pero no quería llorar.
—Claro que se lo
daremos, María—dijo mi padre muy serio. Estaba segura de que no le
gustaba nada la idea de tenerla fuera un fin de semana entero pero si
le hubiera dicho que no sería demasiado cruel, hasta para él—.
Siempre hemos abusado de su disponibilidad y es lo mínimo que puedo
hacer para que usted esté más a gusto.
Nuestra asistente sonrió
llena de alegría a mi padre. Antes de que ella pudiera decir nada,
Álex añadió:
—Me gustaría venir con
ella.
Mis padres le miraron con
cierta sorpresa en sus ojos. No eran lo que esperaban, estaba claro.
— ¿Por qué?—preguntó
mi madre que había estaba a punto de atragantarse. Todavía estaba
roja por eso y con los ojos llorosos—Álex no me parece bien que te
vengas aquí, la verdad. Tienes que estar más pendiente de la
carrera que es lo que te va hacer comer el día de mañana. Un fin de
semana me parece demasiado, además las vacaciones las podemos pasar
aquí. Pero primero son tus estudios.
Pero aunque mi madre
hablaba con calma mi hermano estalló. Su rabia le hacía que
estuviera rojo como el vestido de María. Se le marcaba la vena del
cuello tanto que incluso daba miedo. Sus ojos hervían de ira. Mis
padres no entendían el motivo porque no se lo había contado pero
era un motivo bastante fuerte como para ponerse así:
—Mamá, ¿sabes que
tengo una vida aparte mis estudios? Nunca te has preocupado por
nuestros sentimientos siempre has querido que consiguiéramos ser lo
que tú nunca serás. A lo mejor estas intentado evitar que
comentamos tus errores pero no podemos vivir nuestra vida sin
equivocarnos. Estoy harto de vivir así. Nos metes demasiada caña y
encima ahora tomáis la decisión de irnos a Madrid sin consultarnos,
pero por lo que sé nos vamos pasado mañana ¿no?—mi madre asintió
pero se notaba que lo hacía automáticamente porque no se terminaba
de creer lo que Álex estaba diciendo. Aunque en cierta forma yo
tampoco me esperaba que saltara de aquel modo—Eso temía.
Se levantó y se fue
corriendo hacia arriba. Cuando llegó, supuse que a su habitación,
cerró de un portazo. Mis padres enmudecieron. Tenían caras de
agotamiento total. Les había afectado lo que su primogénito les
había dicho. Era duro, sí, pero era la verdad. Nunca se había
preocupado por nosotros, solo querían buenas notas. Pero tampoco
aprobaba de todo la reacción de Álex había sido demasiado duro con
ellos. Lo hacía porque quería ver a Paula pero aun así no tenía
perdón. Pero aun así había dicho algo que hasta el momento no
sabía:
— ¿Nos vamos pasado
mañana?
Fue mi padre el que
contestó con su voz de notario que tanto odiaba.
—Sí, Valentina. Si te
quieres despedir de alguien será mejor que lo hagas mañana porque
será nuestro último día en esta ciudad.
Le miré a mi padre.
Deseaba recriminarle que era muy poco tiempo pero entonces me miró
con sus ojos azules de hielo. Casi nunca transmitían ninguna emoción
pero esta vez sus ojos me miraban suplicantes para que me callara.
Había mucha desesperación en ellos. Nunca le había visto así tan
abatido por todo. Era espeluznante. También miré a mi madre. Ella
estaba centrada en sus chuletas pero un aura de tristeza la envolvía.
Me dio mucha pena verla así aunque por un instante pensé que se lo
merecía.
Decidí quedarme y
terminar de comer. Aquel ambiente no era nada ideal para una
conversación, cosa que me llevó a pensar de quién me quería
despedir. Al instante vino a mi mente Teresa. Con su alegría
enseguida conocería a otra amiga mejor que yo pero aun así la
quería como una hermana. Echaría de menos sus intervenciones en mis
pensamientos, su risa y su característico “No me puedo creer que
todavía no te hayas enamorado”. Pero aparte de ella nadie más
apareció en mi mente. No era una chica muy dada a tener amigos pero
después de tanto tiempo en esta ciudad pensaba que alguien me
echaría de menos o querría despedirme de ella. Tenía bastantes
compañeros de clase con los que me llevaba bien pero ahí terminaba
nuestra relación. Aunque luego conforme recogía mi plato y llevaba
a la cocina también aparecieron otras personas. Marta, era otra
amiga mía. Su cabello era liso y de un color caoba que siempre
brillaba cuando le daba el sol. Sus ojos eran de un color chocolate
bellísimo y que encandilaba cuando te miraba. Era delgada y muy
bajita. Nos habíamos conocido un día en la biblioteca, antes de ir
al instituto juntas. Desde entonces siempre habíamos hablado de
todo, pero ahora tenía un novio y apenas salía con Teresa y
conmigo. Luego más tarde vino Flavia, era rubia y con los ojos
azules. Era un poco gordita y bajita pero siempre era muy simpática.
Era graciosa como nadie lo era porque siempre tenía chistes
guardados en la recamara para momentos de tensión.
Me alegré al pensar en
ellas porque al final resultaba que sí tenía amigas a pesar de mi
carácter. Decidí llamarlas para contarles que me iba de la ciudad
pero no me apetecía hablar con ellas. Solo quería estar en mi cama
para descansar de aquel día que nunca olvidaría.
Cogí el móvil y pronto
tecleé el mensaje.
Hola chicas. Espero que
os lo estéis pasando bien, vale nos acaban de dar las vacaciones
pero espero que estéis bien. Quiero quedar mañana con vosotras
porque hay una cosa muy importante que os quiero contar. Es muy
urgente y tiene que ser mañana cuando os lo diga. Espero que vengáis
porque os necesito. ¿Quedamos a las 11:30 en la playa de siempre?
Besos
Lo envié nada más
releerlo a Teresa, Marta y Flavia pero no esperé sus respuestas.
Entonces como si apenas me hubiera dado cuenta de lo que hacía
estaba con el pijama puesto y en mi cama. Dejé el teléfono en mi
mesita pero antes lo había puesto en silencio. Intenté dormirme
pero no acudía a mí. Solo podía ver las torres Kio, La puerta de
Alcalá y El Retiro. Suspiré cansada de ver aquellas imágenes que
disfrutaban fastidiándome. Encendí el flexo y comencé a leer la
novela con el fin de encontrar el sueño. El libro era La
gramática del amor
de Rocío Carmona. Me resultaba leer extraño sobre cómo se sentía
la protagonista puesto que nunca había experimentado ese tipo de
emociones pero me gustaba la prosa con la que la escritora explicaba
todo. Me encantaba la forma de pensar de Irene porque me parecía tan
distinta de la mía. La encantaba la relación que tenían el
profesor y ella pero sobretodo que decidiera ayudar en esos momentos
tan complicados cuando alguien te deja, o eso suponía yo. Estaba muy
interesante pero en el momento más inoportuno mis parpados estaban
pesados. Enseguida Morfeo vino a visitarme y llevarme al mundo de los
sueños. Donde todo parecía ser real.
Espero que os guste y comentéis. Es un poco corto y por eso publicaré antes los próximo capítulo, el lunes 10 ;)
Muchos besos
Hola!!! Me ha gustado el capítulo, publica pronto!!
ResponderEliminarPd: El gif está ultragenial.
Pd2: Ya he actualizado mi novela, pásate si quieres ;)
-Pao
Hola Pao
EliminarSí, pronto publicare porque este es mas cortito :P. Muchas gracias por lo del gift :D y ya me pasépor tu novela y me dejo o.O pero la ultima parte me rei mucho
Muchos besos
hola mwe quede como unahora en tu blog fuera de joda! por la lectura y la musica un beso
ResponderEliminarHola
EliminarJajaja supongo que me tengo que alegrar no? :P
Muchos besos
Me ha gustado mucho este capitulo espero que publiques antes del 10 xD me da mucha pena el hermano de valentina.
ResponderEliminarya he publikado una entrada en mi blog besoos y quiero otra entrada antes del 10 jajajjaa
pd: lo de los cap no me sale y nose que hacer garacias por todo lola
Hola
EliminarGracias por lo de que te ha gustado de verdad ^^ si la verdad que el pobre Álex...
Ya lo he leído y me ha gustado mucho. Jajajaja no creo que publique antes :P quiero que a la gente le de tiempo a leerlo, entiéndeme
Muchos besos
Jo... mira que darle a Valentina sólo un día para despedirse que presión tiene la pobre chica jaja :P
ResponderEliminarPor cierto cada capítulo me gusta más la chica ^^
¡Besos!
(PD: Impaciente por el 4)
Hola Ebole ^^
EliminarYa... es que los padres son -.- menos mal que los mios no son así jajajaj :P
Gracias jajajaja es muy bonito lo que me dices jajaja
Muchos besos y bueno pues ya sabes cuando lo publico jajaja :P
Gracias por comentar maja :DD
Hola
ResponderEliminarMe a gstado mcho la novela :P
La dscubri aller y me ya me la leí Esta relinda y m gsta el prsonaje de Valentina
Espero tu proximo capitulo
Saludos
Hola
EliminarMuchas gracias anonimo jajaja espero que sigas leyendo :D
Muchos besos